jueves, 24 de octubre de 2013

Un tren y mucha fe

  • Ya viene, ¡ya viene!
  • ¿Quién?
  • Cierra los ojos, ¡date prisa! Cruza los dedos y pide un deseo, el que quieras, solo uno.
  • ¡Vale! … ¿Realmente crees que funciona esto de pedir un deseo cada vez que pase un tren?
  • Sí, bueno, no estoy segura.
  • Entonces, ¿por qué lo hacemos?
  • Dios, amiga. ¿Por qué siempre te planteas todo? Simplemente déjate llevar. Lo hacemos porque no tenemos nada que perder, porque tanto tú como yo, en lo más profundo de nuestro corazón, deseamos con todas nuestras fuerzas que ese deseo se haga realidad. Tal vez solo nos hace falta un tren y mucha fe. ¿Quién sabe? Tal vez mañana se haya cumplido, o tal vez no. Pero nunca lo sabremos si no lo intentamos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario