jueves, 8 de octubre de 2015

Peculiar

Perdón por interrumpir. Llego tarde, como siempre. En realidad perdoname por todo. Por mi desorden, por mis manías, por mis miedos a cualquier cosa, por reírme cuando alguien se cae y enojarme cuando me caigo yo, por llorar cuando alguien llora, por seguir creyendo que los sueños pueden cumplirse, por no poder disimular en mi cara lo que me está pasando, por mentir sin necesidad, por defender hasta el final mis ideas, por fantasear con aparecer en una película, por querer demasiado, por levantar la voz cuando me enfado, por amar los dulces, por ponerme histérica por momentos, por querer combinar toda mi ropa, por ver fútbol siendo mujer, por improvisar hasta último momento, por tenerle pánico a las arañas, por escuchar música tantas horas, por luchar por lo que quiero, por cantar bajo la ducha, por bailar hasta la peor canción de la noche, por intentar ser la mejor amiga que alguien pueda tener, por seguir poniéndome tacones aunque me duelan los pies, por despertarme de mal humor, por adorar a mi familia, por importarme lo que piense la gente, por no olvidar... Soy simplemente yo. Y gracias. Gracias por estar ahí.

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